jueves, 14 de abril de 2016

ÉRASE UNA VEZ... TRES CONCIERTOS MUY ESPERADOS

Siempre me he tomado todo en la vida muy en serio y cuando se trata de un concierto no hay excepción. Soy de las que programan una alarma para comprar la boleta en la hora cero de su salida a la venta (si el show me interesa muchísimo) porque la sola idea de escuchar un “ya no hay boletas” me produce terror.  Soy de las que indagan en internet de qué trata la gira, cuánto dura el show y, si es posible, qué concepto desarrolla el artista durante ese show.  Y obvio, también soy de las que buscan el setlist, luego arman una playlist en su celular y la escuchan durante un mes entero para repasar las canciones o aprender al menos el coro de las que no conocen tanto.

Total que, cuando por fin llega el día del concierto, yo ya sé qué fui a ver y el factor sorpresa prácticamente no existe para mí.  Algunos dirán que le quito toda la magia, pero yo estoy convencida de que lo disfruto más que otros porque al llegar al sitio del evento ya estoy enamorada de cada canción que escucharé.

Así que para muchos de los que están leyendo esta entrada no va a sonar raro que desde septiembre, noviembre y diciembre, respectivamente, la música de tres bandas se reprodujo una y otra vez en mi teléfono, mi equipo de sonido, mi carro y mi cabeza.  Estaba ansiosa y emocionada, entre otras cosas, porque -¡por fin!- mi hermana se había animado a ir conmigo.

Pues bien, llegó marzo, el mes que marcaba el inicio de nuestra agenda de conciertos, y luego llegó abril, y habiendo pasado ya los tres shows quise hacer un resumen de lo que fue esta experiencia, porque cuando se asiste a un concierto esporádicamente uno queda siempre con la sensación de que fue único, buenísimo, inigualable. Pero cuando ocurren tres en un lapso de 40 días, es más fácil comparar y sorprenderse o decepcionarse.

Cada artista tiene su estilo y mi objetivo no es compararlos en su valor como músicos o performers. Lo que para mí es muy bueno para otros puede ser malísimo. Simplemente quiero hacer un recuento de lo que fue cada concierto mientras espero el anuncio de próximos artistas y me preparo para empezar el ciclo de nuevo.

MAROON 5
Maroon 5 cerró la noche con Sugar
De las tres bandas es la que más me gusta. Tengo varios de sus álbumes, no tuve que aprenderme las canciones porque ya me las sabía, tenía muchas expectativas.  El hecho de que mi hermana hubiera trabajado con esta gira le dio un toque especial.  No fue posible para las otras dos agrupaciones borrar el hecho de que en el concierto de esta fuimos “invitadas de la banda” y nos hubieran dado un trato súper-híper-VIP.  Tampoco es fácil comparar en sex appeal a Mick Jagger con Adam Levine.  Ni siquiera a Chris Martin o a Guy Berryman.

Y no fue bueno perder la boleta que ya había comprado cuando resulté con, a falta de una, dos. Pero trato de no pensar mucho en el asunto para no darme golpes de pecho.

Maroon 5 dio un muy buen show.  Canté de principio a fin cada una de las 16 canciones y eso pesa en el corazón. Se entregaron por completo a la audiencia pese a las adversidades de tener un pésimo escenario y muchas fallas en el sonido, ambas responsabilidad del promotor que los trajo.  El grupo tiene la ventaja de contar con un buen repertorio de éxitos, cualquier asistente debió conocer todos los temas, independientemente de si sabía la letra. Y por eso, la energía de los presentes estuvo arriba todo el tiempo.

Levine interactuó bastante con el público, se aventuró a decir algunas frases en español, lo tuvimos a pocos metros de distancia… Son cosas que uno como fan agradece.  Pensé que no habría nada mejor que ese show (lo mismo que pensé después del de U2 hace algunos meses) y canté y canté su música en los días posteriores al concierto hasta que, siete días después, llegó el turno de los veteranos.

THE ROLLING STONES
¿Qué se puede decir de estos señores?  ¡Son THE ROLLING STONES! No voy a mentir: antes de comprar la boleta los conocía, obviamente, pero solo me sabía –a medias- unas cuatro canciones.  Pero desde el 10 de marzo se robaron mi corazón. Para el día del concierto seguía sin aprenderme las letras completas, pero ya podía reconocer cada canción con los primeros acordes.

The Rolling Stones tuvieron un gran problema: La logística fue la cosa más desastrosa que mis ojos hayan visto en materia de eventos públicos. El clima tampoco ayudó. Filas de más de 2 kilómetros, ausencia total de filtros de seguridad, tormenta eléctrica histórica (ese día, según los periódicos, cayeron 778 rayos en un lapso de una hora), parecía que el universo conspiraba para que todo saliera mal.  Cuando el show empezó, la mitad del estadio todavía estaba afuera, esperando poder ingresar. Varios de nuestros amigos lograron hacerlo cuando ya iban en la tercera o cuarta canción. Nosotras pusimos un pie en las gradas en el mismo instante en que empezaba Jumping Jack Flash, la canción de apertura. Tuvimos suerte.

Ronnie Woods y Keith Richards interpretando I can't get no 
(Satisfaction) en el cierre del concierto
Pero los Stones dieron un show que hizo que todo ese desorden perdiera importancia.  Jagger demostró que es uno de los mejores frontmen que existen, si no el mejor. Fueron pocas las palabras en inglés y mucho el español, mal pronunciado, pero muy agradecido por la gente.  En mi opinión, no hubo momento malo. Ni siquiera Juanes, artista que no está ni remotamente en mi lista de favoritos. 

¿Ustedes han visto el capítulo de Los Simpsons en el que, estando en un campamento de rock, Mick Jagger les dice a los aprendices de rock star “y sin importar en qué lugar estén, digan siempre que es el mejor lugar del mundo”?  Bueno, este señor es tan teso, que yo me creí completo el cuento de que “Bogotá es del putas”. Con eso les digo todo.

COLDPLAY
Pasaron un mes y tres días entre el concierto de rock y el de esta banda británica.  Tuvimos tiempo de desintoxicarnos un poco de los otros dos shows.  Y descubrí que, a diferencia de Maroon 5 o The Rolling Stones, Coldplay tiene un público más diverso. Le gusta a grandes y chicos. A rockeros y poperos. Y debe ser porque el grupo por si solo tiene alma.

Como mucha gente, yo les conocía varios éxitos, y si bien no los consideraba mi banda favorita, tampoco dudé un segundo en apuntarme para el evento cuando supe que vendrían a mi país.  Nunca me había tomado el tiempo de analizarlos en detalle. Solo hasta que me concentré en estudiar el setlist en las últimas semanas, pude ver que tienen un concepto muy “peace and love”. Hasta empecé a llamarlos cariñosamente, los hippies.

Previendo una odisea similar a la de los Stones, esta vez “madrugamos” para ir al estadio. Madrugar, en términos de quien es un simple empleado, significa llegar a las 4:00 pm. Pero al parecer, Ocesa aprendió de sus errores y esta vez se lucieron con la logística, razón por la que a las 4:30 ya estábamos sentadas en las gradas esperando al primer telonero. Tuvimos tiempo de comer e ir al baño, dos privilegios que en el anterior concierto no existieron.

Los juegos pirotécnicos fueron protagonistas de varias 
canciones en el show de Coldplay 
Luego de las presentaciones de dos teloneras, una colombiana que nadie conocía y no prendió al público y una inglesa con un estilo similar al de Alicia Keys o Corinne Bailey Rae que aprendimos a querer a lo largo de 9 canciones, por fin los muchachos salieron al escenario.

Coldplay es puro gozo y alegría. Se movieron entre tres escenarios porque, según Chris Martin, “las bandas suelen estar a una gran distancia de la mayoría del público y este es nuestro intento por estar cerca de ustedes”. Los tuve al frente durante tres canciones.  Y sin entrar mucho en detalles, puedo resumir el concierto como una fiesta con todas las de la ley: confeti, flores, globos, luces, colores, unas manillas que nos dejaron boquiabiertos y nos hicieron sentir parte del espectáculo y, por supuesto, mucha música. Creo que todos salimos del estadio diciendo: ¡Qué conciertazo, Coldplay es genial!

RESUMEN

MAROON 5
THE ROLLING STONES
COLDPLAY
Nombre de la gira
M5 On the Road
América Latina Olé
A Head Full of Dreams
Lugar
Parqueadero Salitre Mágico
Estadio El Campín
Estadio El Campín
Número de asistentes
20.000
45.000
40.000
Telonero
The Mills
Diamante Eléctrico
Elsa y Elmar
Lianne La Havas
Canciones interpretadas
16
18
23
Escenarios
1
2
3
Pantallas
2
3
3
Duración del show
90 minutos
130 minutos
120 minutos
Juegos pirotécnicos
NO
Sonido
Regular (por el sitio)
Excelente
Excelente
Mi calificación
9 (por las desventajas del sitio)
10
10

sábado, 24 de marzo de 2012

Las Mejores del Cine

Soy cinéfila de tiempo completo.  Mi trayectoria en la radio comenzó con un programa especializado en cine.  

Pensando en las tardes en las que producía ese programa y los esfuerzos que hacía por reunir información de interés para los oyentes, decidí recopilar datos históricos sobre los Premios de la Academia.  

Para esta primera entrada dedicada al cine les dejo la lista completa de las ganadoras como Mejor Película durante las 84 entregas de la famosa estatuilla del Oscar.

jueves, 22 de marzo de 2012

Una obra de arte de la naturaleza

Hace ocho años viajé por primera vez a Argentina.  Dentro del recorrido de 14 días, tuve la oportunidad de visitar las Cataratas de Iguazú, uno de esos lugares donde compruebas que hay un ser superior capaz de crear verdaderas obras de arte de la naturaleza.  Desde ese entonces he podido regresar al país del sur, cuatro veces más.  Aquí comparto un collage de fotos que se convirtieron en recuerdos inolvidables.



domingo, 11 de marzo de 2012

Siri, una asistente más lista de lo que crees

Hace tres semanas compré un iPhone 4S por dos razones básicamente: Una, ya tenía varios dispositivos Apple y me resultaba más fácil tener un teléfono de la misma marca para mantenerme sincronizada; y dos, Siri.  Mi inclinación hacia las nuevas tecnologías me hizo interesarme en ella desde su lanzamiento al mercado.  Supe de inmediato que quería comprobar si era verdad que ahora podíamos hablar con un asistente virtual y qué diferencia había entre este asistente y los comandos de voz que recibían otros teléfonos.

Bueno, estoy más que sorprendida.  Siri no solo recibe órdenes para enviar mensajes, leerlos, o llamar. Los recibe – y es quizás lo que la hace diferente de los otros teléfonos – aun cuando se las digas de la forma más natural, como: “Dile a mi hermano que voy en camino y estaré allí en 10 minutos”. Inmediatamente Siri, que seguramente ya sabe o te preguntará quién es tu hermano, abre un cuadro de mensaje con el texto dictado y pregunta si ya se puede enviar o se quiere hacer alguna modificación.

jueves, 8 de marzo de 2012

La nueva edición de mi revista

Avianca en Revista® es la publicación a bordo de Avianca

Quienes me conocen saben que esta revista es parte de mi vida.  Hace exactamente un año soy responsable de su planeación y producción, de procurar darle a los lectores contenidos de calidad y de llevar buen entretenimiento a cada uno de ellos.  Con orgullo digo que se ubica en la posición #9 de las revistas más leídas de mi país y que ostenta un premio mundial.

La nueva edición de Avianca en Revista trae un cubrimiento general de La Habana, un recorrido por la tradición culinaria de Cali, y lo mejor del arte, la cultura, las nuevas tecnologías y los negocios.

Si estás interesado en un ejemplar puedes solicitarlo en la cuenta oficial de Twitter, @aviancarevista

¿Hablas en Siri-o?


Siempre me han causado curiosidad las nuevas tecnologías y los dispositivos electrónicos. Soy de las que leen, de principio a fin, el manual de instrucciones de cada aparato que pasa por mis manos y aquella a la que siempre acuden todos cuando no saben cómo configurar algo en su TV, PC o reproductor de música. Sin embargo, no me ocurre lo mismo con los teléfonos celulares. Me tardé varios años antes de comprar un teléfono de gama media y aunque hoy tengo un Smartphone (iPhone 4S), no le doy el uso que todos quisieran o podrían darle. Y no termino de entender por qué. 

Me gusta conversar con mis amigos, pero lo disfruto más si el encuentro es personal. Me encanta escuchar música mientras hago otras cosas, pero prefiero hacerlo en un reproductor exclusivamente diseñado para ello. Pero más que nada, me gusta tener espacios de privacidad y tranquilidad y los celulares, cada vez más,  han venido a invadir esos espacios y casi a desaparecerlos. Tal vez ahí radique mi Smartphone-rebeldía.